TEXTO: ENDIKA RÍO / EL CORREO
FOTOS: Bizkaiko Bira 2007
El Cafés Baqué es un caso especial dentro del ciclismo. Pero no sólo dentro del pelotón vasco, sino también dentro del español y se podría decir que del mundial. La escuadra vizcaína celebra en 2008 su 30 aniversario. Siempre al pie del cañón formando corredores y personas. «Que un equipo aficionado esté 30 años tiene mucho mérito porque no se aporta tanto dinero de publicidad», manifestó Rubén Gorospe, director del Cafés Baqué, que valora el patrocinio: «Cuando todo va bien todo el mundo aporta, pero a malas es muy difícil que haya dinero. Aquí se ve a quién le gusta el ciclismo y a quién no».
El Baqué tiene una larga tradición de formación de corredores en estas tres décadas. Sin ir más lejos, David Etxebarria, Unai Etxebarria, Alberto Leanizbarrutia y Pedro Horrillo han salido del equipo durangués. Sin embargo, la última temporada ha sido complicada. «Este último año no pudimos pasar a nadie porque fue un año muy malo. Incluso ha habido casos como Murgoitio, que bajaron de profesionales», apunta Gorospe.
Generaciones
La escuadra vizcaína tiene preparados algunos actos para celebrar su trigésimo cumpleaños dentro del pelotón. «Esperamos realizar a final de temporada un criterium y una comida popular porque 30 años es algo digno de festejar», asegura Gorospe. Con ello, se pretende realizar una «reunión entre las distintas generaciones». El director también quiso agradecer a Baqué su patrocinio durante estos años. «A veces les podemos recompensar con victorias y otras no, pero ellos están orgullosos de formar y pasar corredores».
En su larga trayectoria, el Cafés Baqué también tuvo un paso de dos años por profesionales. Pero mantener un equipo en la élite es complicado. Llegaron a participar en la Vuelta a España y se anotaron una etapa gracias al colombiano Cárdenas. «Era un reto complicado. Quizás hubiéramos necesitado el apoyo de otro patrocinador», explica Gorospe. Pese a ello, el director destaca el hecho de que se siguiera manteniendo el trabajo en el campo aficionado.
Los tiempos que corren para el ciclismo son complicados y al Baqué le toca lidiar con ellos. Gorospe es positivo y considera que se puede pasar en poco tiempo. «Ahora está brotando una generación nueva. Igual hacen falta dos años, pero la mentalidad ha cambiado», apunta el técnico vizcaíno, que resume la situación en una frase: «Ahora hay tempestad, pero al fondo veo la calma».
En lo que se refiere al Cafés Baqué de este año, Gorospe espera seguir con la línea de estos últimos años y lograr alguna victoria de prestigio. «Ahora estamos pensando en la Copa de España, Ismael Esteban está quinto después de haber quedado tercero este fin de semana en Torrevieja y tiene opciones», señala. El cántabro se puede ver beneficiado por los trazados de las cuatro carreras que restan: «Queda una carrera en Galicia que es bastante dura, y también está la carrera de Legazpia». Al margen de esto, el objetivo del Baqué será seguir formando a corredores para que den el salto a la élite. Como lleva haciendo durante las últimas tres décadas.
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